El cuadro clásico de la psoriasis

La psoriasis es una de las dermatosis crónicas más frecuentes. Con tal proceso patológico, se observa daño en la piel, así como apéndices de la piel. La alta urgencia de este problema radica en el hecho de que conduce a un deterioro en la calidad de vida de una persona enferma debido a trastornos estéticos.

Muy a menudo, el primer episodio de psoriasis ocurre en el rango de edad de quince a cuarenta y cinco años. Según las estadísticas, esta enfermedad se diagnostica en aproximadamente el tres por ciento de toda la población. Además, el número de mujeres y hombres con tal patología está en proporciones iguales.

Existen varias teorías sobre el mecanismo de desarrollo de la psoriasis. La principal es la teoría autoinmune, que dice que este proceso patológico se forma como resultado de una respuesta inmune incorrecta a cualquier factor externo. Una respuesta inmune excesiva conduce al desarrollo de una reacción inflamatoria en las capas de la piel, lo que desencadena los mecanismos de división y multiplicación de las estructuras celulares. Además, se supone que la predisposición hereditaria y la exposición a diversos agentes infecciosos pueden influir en el desarrollo de esta enfermedad.

Se observa que la psoriasis ocurre con mayor frecuencia en aquellas personas que:

  • Tiene cualquier otra afección dermatológica;
  • Tener la piel fina y seca;
  • Fumar y beber alcohol;
  • Entrar en contacto sistemáticamente con productos químicos irritantes;
  • A menudo dañan la piel por influencias mecánicas;
  • Observe una higiene excesiva;
  • Están sujetos a un estrés severo;
  • Tiene un nivel reducido de defensa inmunológica o usa medicamentos que inhiben la inmunidad.

Dependiendo de los síntomas de la psoriasis, se acostumbra clasificar esta patología en varias formas:

  • Forma de placa. Esta forma es la versión clásica. Ocurre en más del ochenta por ciento de las personas. El cuadro clínico en este caso se caracteriza por placas escamosas típicas, que tienden a crecer periféricamente;
  • Forma de lágrima. La enfermedad que se desarrolla de esta forma se acompaña de la aparición de numerosos focos pequeños en la superficie de la piel. Estas lesiones pueden tener un color muy diferente, se elevan por encima de la superficie de la piel y se desprenden intensamente. Como regla general, no aumentan de tamaño, solo aumenta su número;
  • Forma exudativa. Es una de las opciones más desfavorables. En este caso, se forman burbujas y ampollas llenas de líquido seroso en la superficie de las placas. Muy a menudo, tales elementos sufren una infección secundaria con la posterior aparición de pus en ellos;
  • Onicodistrofia psoriásica. Se caracteriza por la participación de las placas ungueales en el proceso patológico, que se estrían y engrosan. En la mayoría de los casos, las uñas se decoloran, se escaman y se rompen. En casos avanzados, es posible la pérdida completa de la placa de la uña;
  • Artropatía psoriásica. Los síntomas de la psoriasis en este caso se manifiestan por la inflamación de las articulaciones y el tejido conectivo. En algunos casos, esta forma se desarrolla por sí sola, pero la mayoría de las veces se acompaña de manifestaciones cutáneas;
  • Eritrodermia psoriásica. Esta forma se caracteriza por un curso muy severo y a menudo es fatal. Se nota el desarrollo de inflamación en grandes áreas del cuerpo, que se acompaña de una intensa descamación y desprendimiento de la piel.

Los principales síntomas de la psoriasis.

médico examina el codo en busca de psoriasis

Hablaremos con más detalle sobre la forma clásica. ¿Qué aspecto tiene la psoriasis? En primer lugar, en la superficie de la piel aparecen pápulas únicas que tienen un color rosa o rojo. Estas pápulas están cubiertas de escamas de color blanco plateado que se raspan fácilmente. Con el tiempo, la cantidad de pápulas aumenta cada vez más, comienzan a fusionarse en placas.

Las placas formadas durante esta enfermedad tienen un aspecto hiperémico y edematoso. En algunos casos, puede haber una picazón leve en la piel. Los focos patológicos tienden a un crecimiento periférico bastante rápido y su superficie es intensamente escamosa. Con el tiempo, el crecimiento de las placas se detiene y sus límites se vuelven claros. Un signo específico de tal proceso patológico es un borde pseudoatrófico, localizado a lo largo de la periferia de los focos. En la etapa estacionaria, se observa la aparición de un tono cianótico estancado en la superficie de las placas.

Los síntomas de la psoriasis en la etapa de regresión se caracterizan por la desaparición gradual de la descamación, comenzando desde la parte central. Después de eso, la piel adquiere un color normal, después de lo cual desaparece la infiltración de tejido.

Diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

el médico frota el codo para la psoriasis

En primer lugar, la psoriasis se establece sobre la base de su cuadro clínico. Existe una tríada de fenómenos específicos que indican este proceso patológico: mancha de estearina, película terminal y rocío sanguíneo. El fenómeno de una mancha esteárica es que cuando se raspa la lesión, el peeling se vuelve más intenso. Si continuamos raspando, entonces se nota un pelado de película delgada y la apariencia de una superficie húmeda e hiperémica, el fenómeno de una película terminal. El fenómeno del rocío de sangre implica la presencia de sangrado punteado con más raspado.

De los medicamentos para esta enfermedad, se pueden usar los siguientes:

  • Glucocorticosteroides;
  • Citostáticos;
  • Antihistamínicos;
  • Ungüentos queratolíticos y antiinflamatorios.

Además, se utilizan ampliamente varios tratamientos de fisioterapia.

Prevención de las exacerbaciones de la psoriasis.

Para prevenir las exacerbaciones, se recomienda evitar situaciones estresantes, abandonar los malos hábitos y comer bien. Además, debe limitar cualquier efecto irritante en la piel y evitar el contacto con sustancias a las que sea alérgico.